Hago conjugar las letras para mitigar el desanimo y la tristeza. Juego con las palabras para despistar a los fantasmas que aturden el pensamiento, dando sentido y nombre a algunos sentimientos que asoman tibiamente. Los palpo, los amasijo, les doy nueva forma con el canto de los versos y los vuelvo a guardar como si fueran mis juguetes nuevos.
La simbología hace magia con las mochilas pesadas que caen sobre mis hombros y las convierte en frágiles plumas que las vuela el viento. Nada es imposible cuando me adentro en el mundo de la esperanza y recobran su color, mis ojos desgastados de tanto abarcar. Dos piedras brillosas que pese a la violencia del río, supieron sobrevivir sin asperezas.
No es el resultado, ni la rima, lo que engulle a mi corazón en el amor propio, es el acto mismo de la escritura que me salva, me convierte en otra persona, y me permite huir al menos por un momento del pesar y el agobio, del cansancio y la pena. Me releo luego de un tiempo, y me transporto de manera inmediata a esos mismos viajes a otros mundos y a otras vidas.
Sin dudas es un hábito de esos buenos que resulta digno contagiar. Porque sin pretender, el dolor se hace arte y tu alma comienza a sanar al compás de tu mano dibujando estelas. Esa conexión de tu cerebro deteniéndose ante lo nimio, en busca de la asertividad emocional, te ordena los pensamientos, y nutre tu energía de buenas vibras. Te llena de dulzor y color en las imágenes que te devuelven las retinas y todo vuelve a empezar de un modo menos trágico, menos doliente…
El aire se hace más liviano, y trae consigo poderes curativos de las heridas internas que registra tu historia. Se muestran con orgullo ante las caricias suaves que le dispensa su paso, y como por arte de magia se hacen más pequeñas, casi imperceptibles, devolviendo la textura lozana y pura a tu joven alma.
Suelto, dejo ir entre palabras. Desocupo mi albergue de pensamientos para dejar lugar a los nuevos que pujan por avanzar y crear conmigo, un nuevo mundo de deseos y promesas.
Noelia C.
Para vos qué es escribir? Me contas?